Para
saber si un niño es diestro o zurdo podemos hacer diferentes tests o pruebas
que nos indicarán cuál es su lateralidad predominante.
La
finalidad de estas pruebas no es otra que la indicada al principio y que ya
hemos comentado en otras ocasiones: ayudar al niño en su desarrollo, nunca
corregirlo. Esto es, si es zurdo, darle indicaciones de cómo escribir, ayudarle
comprando algún utensilio para zurdos que consideremos que le puede ser útiI.
En
cualquier caso, dado que la lateralidad no se define completamente a la misma
edad en todos los niños, y raramente antes de los tres o cuatro años, tendremos
que insistir en estas pruebas más adelante si observamos que un niño no se
decanta por una u otra mano.
Éstas
son algunas pruebas sencillas que podemos realizar con niños y que nos
facilitan la posibilidad determinar en cada parte simétrica del cuerpo, la que
domina.
PRUEBAS
A REALIZAR
Para
saber si sólo somos diestros o zurdos de mano, o si predomina una lateralidad
distinta en otras partes del cuerpo, existen estas pruebas que siguen y que
podemos realizar con los niños.
1.
Podemos “jugar” a imaginar que el centro de la espalda le pica. ¿Con qué mano
se intenta rascar?
2.
Entrelazar los dedos de las manos. ¿Qué pulgar es el que queda más arriba?
3.
Al empezar a aplaudir con las manos en horizontal, ¿qué mano es la que
sobrepone?
4.
¿Qué ojo tiende a guiñar?
5.
Que ponga las manos detrás a la espalda y que una sostenga a la otra. ¿Qué mano
es la que sostiene?
6.
Si el niño no puede oír bien algo que le decimos y le pedimos que haga el gesto
de acercar su oído para oír mejor ayudándose con una mano. ¿Qué oído acerca?
7.
¿Con qué mano cuenta hasta tres?
8. Juguemos a que tiene que inclinar la cabeza
hacia algún costado para tocar un hombro. ¿Qué hombro toca?
9.
Al cruzar los brazos, ¿qué mano es la sobrepuesta?
10.
Al hojear un cuento, ¿en qué sentido lo hace, de atrás para adelante o de
adelante para atrás? ¿Qué mano usa?
Al
margen de las variaciones normales, en caso de que siga sin definirse el lado
predominante en el niño pasado los cinco años, podría ser que fuera
ambidiestro, siempre que descartemos algún problema de motricidad y se
desenvuelva bien con ambas manos.
Si
existe una lateralidad irregular o deficiente pueden presentarse alteraciones
en la lectura, en la escritura, problemas con la orientación espacial,
tartamudez, dislexia, etc.
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